jueves, 9 de octubre de 2014

CUANDO DISFRUTAR DE LA MONTAÑA CON NIÑOS

Tener un hijo pequeño no debe ser impedimento para disfrutar de la montaña y la naturaleza. Al contrario, cuanto antes empiecen a saber disfrutar de la naturaleza antes adquiriran atributos, como el espíritu de superación o la capacidad de sufrimiento, que les vendrán muy bien durante toda su vida.

En los tiempos que corren, es necesario encauzar a nuestros peques hacia una vida activa y sana. Cada vez se ven mas chavales enganchados al móvil y las tabletas, con un mínimo espíritu de superación, capacidad de sufrimiento y un desconocimineto total de sus capacidades reales, que al final se ve reflejado en sus estudios y comportamientos sociales. Soy de la opinión que desde pequeños hay que inculcarles estos atributos, que les haga ver lo que cuesta conseguir las cosas en esta vida, que hay que esforzarse y, además, que sepan afrontar situaciones difíciles con la suficiente confianza en sí mismos. El deporte es una de las mejores herramienta para conseguir este fin y si son de montaña creo que mucho mejor. La comunión que se logra con la naturaleza al practicar deportes de montaña y su dureza son perfectos para que conozcan sus limites y sepan lo que es "sufrir", además de aprender a respetar la naturaleza.

Pero, ¿cual es la mejor edad para empezar a disfrutar de la montaña y la naturaleza?
Pues en mi humilde opinión es aquella en la que los críos quieran por iniciativa propia, sin ser obligados, independientemente de la edad. Simplemente hay que adaptar las actividades a sus capacidades.

Haciendo recolección de bellotas

Os cuento un poco como lo estoy llevando yo con mi niño de tres años:
Cuando mi hijo nació, pensé en comprar una de esas silla-mochila para ir de pateada por ahí con el enano, sin embargo, debido al precio y al uso real que le podría llegar a dar termine por descartarlo y esperar a que él pudiera acompañarme. Ahora, con algo mas de tres añitos, ya le gusta caminar, investigar, observar, experimentar... y se ve que disfruta de la naturaleza. Así que, creo, sobre los tres años es una buena edad para iniciarles en todo esto. Evidentemente cada niño es un mundo y deberemos esperar a que realmente estén capacitados y con ganas. En mi caso ha sido él quien tomo la iniciativa de pedir ir conmigo a la montaña, o eso es lo que tiene que creer, si intentamos obligarles a hacer algo que no quieran lo que conseguiremos es que se cierren en banda y entonces se acabo. Hay que hacer todo lo posible por que le parezca curioso o un juego lo de salir a caminar, en definitiva incentivarles.

Volviendo a mi caso, ya habíamos hecho alguna rutilla juntos, de 3-4 km, recuerdo que hablo de un niño de tres años, por Boca del Asno en los pinares de Valsain y además de pasarlo superbien, aguanto la caminata, así que hemos seguido saliendo a pasear por diferentes sitios. Siempre intentado que las rutas elegidas tengan algo de interés para un niño de tres años, saltos de agua, sitios con fauna, bunkers de la guerra civil... cada uno sabe los gustos de su hijo.
Un día, le comente, en plan de broma, la posibilidad de dormir en el bosque y lo tomo por palabra, recordándomelo todos los días hasta que me decidí a llevarle de vivac. Yo le veía capacitado aunque tenía un poco de miedo por como pasaría la noche lejos de casa.
Zona elegida para nuestra salida
En un primer momento pensé en la zona de la pedriza, en alguno de los vivacs naturales que hay por allí, pero la inestabilidad meteorológica de la época me hizo decidirme por la zona del Pantano de San Juan, que sin ser montaña propiamente dicha, es una zona bonita y sin dificultad.
Todo aquel que sea o viva en Madrid conoce el pantano de San Juan como la playa de Madrid. Una zona donde, en verano, se concentra un montón de gente para pasar el día pegándose unos baños en familia o con amigos. La zona elegida fueron los montes cercanos al área recreativa de Lancha del Yelmo al noroeste del club náutico del pantano, antes de cruzar el río Alberche. Es una zona bastante transitada los fines de semana por senderistas, bicicletas de montaña y bañistas en época de calor.

Encantado con la experiencia

El plan era sencillo, una caminata de unos 7-8 km para después buscar un sitio donde montar nuestro vivac, dormir y al día siguiente otros 5 km hasta el coche de regreso. Una ruta circular pasando la noche al raso. Resistió muy bien, me ayudo a montar el vivac, le fascinaron las estrellas y la luna, incluso disfruto durante la caminata de una tormenta que nos cayó encima con truenos y todo, y con lo cansado que estaba durmió del tirón, sin problemas. Una forma de pasar el fin de semana sin ver la tele, jugar a los videojuegos o estar metidos en casa haciendo deporte y disfrutando de la naturaleza.



Con esto os quiero hacer ver que no hay que esperar mucho tiempo para poder disfrutar con vuestros hijos de la naturaleza, simplemente hay que adaptarse a ellos y hacer que lo tomen como un juego. Conseguiremos que adquieran confianza en si mismos y que, al sufrir, más adelante no se rindan a la primera de cambio. Les vendrá bien para sus estudios, para otros deportes que practiquen o para el día a día de nuestros peques. No hay nada como la confianza en uno mismo.
Personalmente, seguiré llevándomelo al monte siempre que pueda y que cada vez se implique más y más en este tipo de actividades. Y os animo a que hagáis lo mismo, que aparte de los beneficios que os he contado, disfrutareis de muy buenos momentos con vuestros hijos.


Bueno pues los papas ya estáis tardando en preparar una salida con vuestros hijos, que no os asuste!!

Espero que os haya gustado mi post y que lo encontréis interesante. De ser así, os animo a compartir en las redes sociales. De igual forma si tienes algún comentario, experiencia con tus hijos o algo que contarme al respecto, deja un comentario y te contestare gustosamente.

Un saludo y a la montaña!!



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